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Mejores técnicas para limpiar una alfombra de pelo largo

Mejores técnicas para limpiar una alfombra de pelo largo

¿Tienes una alfombra de pelo largo en casa y te preguntas cómo limpiarla sin arruinarla? No te preocupes: te voy a mostrar paso a paso las mejores técnicas, cuándo aplicarlas y cómo hacerlo para que tu alfombra luzca siempre bonita.

Imagina llegar cansado a casa, apoyar los pies sobre tu alfombra mullida y sentir esa suavidad bajo tus pies… eso no tiene por qué perderse con el tiempo si sabes cómo cuidarla.

Por qué importa limpiar bien una alfombra de pelo largo

Las fibras largas atrapan polvo, migas, pelo de mascotas y humedad con más facilidad que las alfombras planas. Si no se limpian correctamente:

  • Se apelmazan las fibras

  • Aparecen malos olores

  • Se pueden hacer manchas difíciles

  • Se reduce la vida útil de la alfombra

Limpiarla bien no solo mantiene la estética, sino que también protege tu inversión.

Por qué importa limpiar bien una alfombra de pelo largo

Tipos de suciedad más comunes en alfombras de pelo largo

Para elegir la técnica adecuada, primero debes identificar qué tipo de suciedad tienes:

Polvo y pelusas del uso diario

El polvo es el enemigo silencioso de cualquier alfombra de pelo largo. Aunque parezca limpia a simple vista, las fibras profundas retienen pequeñas partículas que se van acumulando cada día: migas, pelusas del aire o restos de ropa.

Este tipo de suciedad se nota cuando, al pasar la mano o mover la alfombra, el pelo pierde brillo o se apelmaza. Si no se retira a tiempo, termina penetrando hasta la base, haciendo más difícil su eliminación con el tiempo.

La mejor forma de evitarlo es aspirar la alfombra con frecuencia y suavidad, al menos dos o tres veces por semana. Usa una boquilla sin rodillo o con cerdas suaves para no dañar las fibras.

Además, una vez al mes, puedes sacudirla al aire libre o pasar un cepillo de cerdas largas para levantar el pelo y devolverle volumen. Este mantenimiento ligero evita que el polvo se incruste y alarga la vida de la alfombra.

Manchas de líquidos o comida

Las manchas son inevitables: una copa de vino que se vuelca, un café que se derrama o un zumo que cae en el desayuno. Lo importante no es evitar estos accidentes, sino actuar rápido y de forma correcta.

Cuando el líquido es reciente, coloca un paño absorbente o una toalla de papel sobre la mancha y presiona suavemente sin frotar. Así evitarás que se extienda por las fibras. Después, aplica un poco de agua tibia con unas gotas de jabón neutro y vuelve a secar con toques ligeros.

Si la mancha es más resistente, como vino tinto o grasa, mezcla agua con vinagre blanco y limpia con un paño ligeramente humedecido. Evita los productos con alcohol o amoniaco, ya que pueden alterar el color del tejido.

En las alfombras de pelo largo, es esencial no empapar demasiado la zona, ya que la humedad puede quedarse en el fondo y generar olor o moho. Trabaja por capas, con paciencia, hasta que la mancha desaparezca.

Y si el incidente ocurre en una zona muy visible, aprovecha después para cepillar el pelo y nivelar la textura: así la alfombra recupera su aspecto uniforme.

Pelo de mascotas

Si convives con un perro o un gato, sabrás que su pelo aparece en todas partes… y la alfombra no es la excepción. Las fibras largas lo atrapan con facilidad, especialmente si el animal se tumba o juega sobre ella.

El problema no es solo estético: el pelo acumulado puede formar pequeños nudos o bolitas que apelmazan el tejido y dificultan la limpieza. Además, puede retener polvo y ácaros, afectando a la higiene del hogar.

Para eliminarlo, utiliza un rodillo adhesivo, un cepillo de goma o incluso un guante de látex húmedo: al pasarlo, el pelo se adhiere sin dañar las fibras. Otra opción eficaz es rociar ligeramente la superficie con agua antes de aspirar; esto ayuda a que los pelos se levanten y se desprendan con más facilidad.

Si tus mascotas usan a menudo la alfombra, es recomendable aspirarla a diario o, al menos, tres veces por semana. Y una vez al mes, realiza una limpieza más profunda para eliminar los restos que el aspirador no alcanza.

Un truco adicional: cepilla el pelo del animal con regularidad y coloca una mantita o alfombra auxiliar donde le guste tumbarse. Así reduces la cantidad de pelo que llega a la alfombra principal y prolongas su aspecto limpio y mullido.

Cómo limpiar una alfombra de pelo largo en seco

Para el mantenimiento habitual (cuando no puedes mojar la alfombra), estas son las mejores tácticas:

Aspirado correcto sin dañar las fibras

Usa un aspirador con boquilla plana o accesorio suave, pásalo primero en dirección de la fibra y luego en sentido contrario. Si fuerzas mucho, puedes aplastar el pelo. Hazlo 2–3 veces por semana si usas el salón a diario.

Uso de bicarbonato o productos suaves

Espolvorea un poco de bicarbonato o un producto específico para alfombras sobre la zona, déjalo actuar unos 15–30 minutos y luego aspíralo. Esto ayuda a neutralizar olores sin mojar.

Ventilación y cepillado suave

Después de aspirar, abre la ventana y deja que circule aire fresco. Luego, con un cepillo suave o peine de cerdas largas, cepilla la alfombra para levantar el pelo. Esto ayuda a que recupere volumen.

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Cómo limpiar una alfombra de pelo largo con agua

Puedes usar agua solo si el material de la alfombra lo permite. Consulta siempre las indicaciones del fabricante.

Limpieza puntual con paño húmedo

Cuando la mancha es pequeña, humedece ligeramente un paño con agua tibia y un poco de jabón neutro. Hazlo con toquecitos, no frotes fuerte. Luego pasa otro paño seco para absorber el exceso.

Limpieza profunda con solución suave

Cuando limpies con agua y jabón, hazlo por zonas pequeñas y seca bien antes de seguir. Si tu alfombra cubre una superficie amplia, como las alfombras grandes, puedes dividir la limpieza en secciones para evitar que quede humedad en el centro o se deformen las fibras.

Secado correcto

No dejes la alfombra mojada mucho tiempo. Usa toallas absorbentes para eliminar exceso de humedad y deja secar de forma natural, evitando la luz solar directa intensa, que puede decolorar las fibras.

Cada cuánto tiempo debes limpiar tu alfombra de pelo largo

Una alfombra de pelo largo necesita más atención que otras alfombras, ya que su textura profunda retiene polvo, migas y pequeñas partículas que a simple vista no se notan. Mantener una rutina de limpieza regular no solo la mantiene bonita, sino que también ayuda a que dure más años, conserve su color y se sienta siempre suave bajo los pies.

Mantenimiento semanal

El cuidado semanal es la base. No hace falta que hagas una limpieza profunda cada pocos días, pero sí conviene aspirar y cepillar suavemente tu alfombra una o dos veces por semana.

Cuando aspires, hazlo con paciencia: utiliza una boquilla sin rodillo o con cerdas suaves para no tirar del pelo ni romper las fibras. Pásala primero en el sentido del pelo y luego en el contrario. De esta forma eliminarás el polvo que se acumula en la superficie y también el que se esconde entre los hilos.

Después, pasa un cepillo de cerdas largas o un peine para alfombras. Este gesto tan sencillo evita que el pelo se apelmace y ayuda a mantener ese aspecto mullido y esponjoso que tanto gusta.

Además, puedes aprovechar este momento semanal para revisar si hay pequeñas manchas o zonas más oscuras. Esto te permitirá actuar rápido y evitar que se incrusten.

Limpieza mensual

Una vez al mes conviene realizar una limpieza más a fondo, pero sin mojar la alfombra. Es lo que llamamos limpieza en seco.

Puedes usar bicarbonato sódico o un producto específico para alfombras. Espolvorea una capa fina sobre la superficie, déjala actuar entre 15 y 30 minutos y luego aspira con cuidado. Esto ayuda a neutralizar olores y absorber la humedad ambiental sin dañar las fibras.

En alfombras de tamaño intermedio, como las alfombras medianas, esta limpieza mensual resulta suficiente para mantener el color y la textura sin necesidad de tratamientos más intensos. 

Limpieza profunda

La limpieza profunda es la más importante, y muchas veces la que más se descuida. Deberías hacerla cada seis meses, aunque puede ser antes si notas que el color está apagado, el pelo se ha aplastado o el olor ya no es tan fresco.

En esta limpieza puedes utilizar una mezcla muy ligera de agua tibia y jabón neutro, siempre cuidando de no empapar la alfombra. Pasa un paño humedecido por secciones pequeñas y luego sécala bien. También puedes aprovechar un día soleado para sacarla al exterior, sacudirla y dejar que se airee completamente.

Si en casa hay niños pequeños, mascotas o se usa mucho el salón, no esperes tanto: una limpieza profunda cada tres o cuatro meses mantendrá la alfombra en perfecto estado.

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Consejos para evitar que tu alfombra de pelo largo se ensucie rápido

Limpiar una alfombra de pelo largo no tiene por qué ser una tarea constante si sabes cómo prevenir la suciedad antes de que aparezca. Con unos pequeños hábitos, puedes reducir drásticamente la cantidad de polvo y manchas que llegan a ella.

Ubicación estratégica

El primer paso es pensar dónde colocas tu alfombra. Si la pones justo en el pasillo o en la entrada de casa, se ensuciará mucho más rápido. Busca zonas donde haya menos paso directo: frente al sofá, bajo una mesa auxiliar o en una esquina del salón.

Colocarla lejos de puertas exteriores también ayuda a mantenerla limpia por más tiempo. Si no puedes moverla, considera añadir una alfombra de transición o un felpudo cerca de la entrada para atrapar el polvo antes de que llegue a tu alfombra principal.

Uso de felpudos y protectores

Los felpudos son los mejores aliados para mantener limpias las alfombras. Colocar uno en la entrada de casa o justo antes de una zona alfombrada ayuda a retener la suciedad del calzado y evita que el polvo o la arena lleguen hasta las fibras.

Si en casa hay niños, conviene usar un protector o base impermeable debajo de las alfombras infantiles. De esta manera, si se derrama algún líquido o hay humedad, la alfombra no absorberá el exceso y se mantendrá en buen estado durante más tiempo.

También puedes colocar una base antideslizante o una malla protectora entre el suelo y la alfombra. Esto no solo evita que se mueva o se deslice, sino que además protege las fibras del roce continuo con el suelo y previene que se deformen con el peso de los muebles.

Cepillado frecuente

El cepillado no es solo para las mascotas. Una alfombra de pelo largo también necesita “peinarse” cada cierto tiempo. Usa un cepillo de cerdas suaves o un peine especial para alfombras y pásalo siempre en la dirección del pelo.

Además de levantar las fibras y recuperar el volumen original, este gesto ayuda a eliminar restos que el aspirador no siempre alcanza: pelusas, cabellos o polvo más fino. Si lo haces una vez a la semana, notarás que la alfombra se mantiene más limpia y con mejor aspecto.

Materiales resistentes para alfombras de pelo largo

Además del tamaño, el material de la alfombra es lo que determina su durabilidad, su textura y el tipo de limpieza que necesita. No todas las fibras se comportan igual, y saber diferenciarlas te ayudará a elegir la opción que mejor se adapte a tu hogar y estilo de vida.

Lana: natural, cálida y duradera

Las alfombras de lana son las más clásicas. Tienen un tacto suave, retienen bien el calor y resisten muchos años si se cuidan correctamente. Absorben menos polvo que otros materiales y recuperan su forma con facilidad. Sin embargo, requieren limpieza en seco o productos específicos para evitar que el tejido se encoja. Son perfectas para salones amplios y hogares donde se busca un acabado elegante y confortable.

Polipropileno: resistente y con cuerpo

Si buscas una alfombra práctica y duradera, el polipropileno es una de las mejores opciones. Este material sintético resiste muy bien el uso diario, no acumula tanto polvo y conserva su forma incluso en alfombras de pelo largo, evitando que se apelmacen o se “chafen” con el tiempo. 

Además, soporta las limpiezas frecuentes sin perder color ni textura, y su tacto firme mantiene el volumen original de las fibras. Es perfecto para hogares con niños o mascotas, donde la resistencia y la facilidad de mantenimiento son esenciales.

Algodón: ligero y fresco

El algodón es una alternativa cómoda y versátil. Aporta un tacto suave y natural, y se adapta muy bien a climas cálidos. Aunque las alfombras de algodón necesitan aspirarlas con frecuencia, tienen la ventaja de que algunas se pueden lavar en lavadora. Perfectas para quienes buscan practicidad y limpieza sencilla.

Poliéster y microfibra: suaves y de fácil mantenimiento

El poliéster y la microfibra son materiales que destacan por su suavidad y ligereza. La microfibra, de hecho, es una forma más fina del poliéster, por lo que ambas comparten muchas cualidades. Estas alfombras se caracterizan por tener un tacto muy agradable y un aspecto mullido que aporta calidez al ambiente.

Además, se limpian con facilidad y se secan rápido tras un mantenimiento superficial, lo que ayuda a evitar la acumulación de humedad o malos olores. Son una excelente opción para dormitorios juveniles o salones donde se busca confort sin complicaciones en la limpieza.

Productos recomendados para alfombras de pelo largo

Alfombras sintéticas vs naturales

Las sintéticas (poliéster, polipropileno) suelen soportar mejor el agua y limpiezas frecuentes. Las naturales (lana, algodón) requieren más cuidado.

Productos suaves y sin perfume

Evita detergentes fuertes o productos agresivos que puedan alterar el color o dañar las fibras.

Cuándo recurrir a profesionales

Si ves que la alfombra tiene manchas muy profundas, zonas grisáceas o huele mal sin que puedas eliminarlo, contrata una limpieza profesional.

Tú puedes lograr que tu alfombra de pelo largo se mantenga bonita durante años. Con las técnicas adecuadas (en seco y con agua), limpieza periódica y buenos hábitos, evitarás el desgaste y los malos olores.

Y si algún día te apetece renovar tu espacio, en Atticgo encontrarás una gran variedad de alfombras de salón pensadas para adaptarse a cada estilo y tamaño de estancia. Desde diseños amplios que enmarcan toda la zona de estar hasta modelos más compactos que añaden un toque acogedor junto al sofá.

 

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