Tu alfombra grande se ha ensuciado y te parece imposible dejarla limpia sin pasarte horas frotando o puede que no sepas ni siquiera por dónde empezar a limpiar. Las alfombras de gran tamaño acumulan polvo y manchas, igual que las alfombras pequeñas. El problema es que sus dimensiones nos ponen ante el desafío de limpiarlas a fondo sin mover muebles grandes y sin recurrir a maquinaria profesional.
Limpiar una alfombra grande en casa no solo es posible, sino que es mucho más sencillo de lo que imaginas. Con las técnicas adecuadas, los productos correctos y un poco de paciencia, puedes devolverle a tu alfombra su aspecto original y mantenerla en perfectas condiciones. En esta publicación te contamos cuáles son algunos métodos que puedes probar para realizar una limpieza profunda de tu alfombra sin salir de casa, utilizando productos que ya tienes o que puedes conseguir con facilidad.
Paso a paso para limpiar una alfombra grande en casa
Un buen proceso de limpieza consta de varias etapas que, cuando se realizan correctamente, ofrecen unos resultados casi profesionales sin salir de casa. El secreto está en no saltarse ningún paso y en tomarse el tiempo necesario para hacer las cosas bien.
Preparación: paso a paso para la limpieza de tu alfombra
La preparación es posiblemente el paso más importante de todo el proceso, aunque también es el que más solemos pasar por alto. Lo primero que debes hacer es retirar todos los muebles y objetos que estén sobre la alfombra. Aunque puede parecer una tarea pesada, te recomendamos hacerlo, ya que desde nuestra experiencia acaba dando mejores resultados. Si algunos muebles son demasiado pesados para moverlos, al menos retíralos hacia un lado para poder limpiar toda la superficie de la alfombra.
Una vez que tengas la alfombra completamente sin muebles ni obstáculos, revisa su estado general, buscando cualquier mancha, zona de mayor desgaste o suciedad acumulada, que requiera un tratamiento especial. A continuación dale una primera pasada al aspirador sobre la alfombra durante unos 10 minutos. No te sorprendas si el depósito del aspirador se llena, ya que en esta primera fase estás retirando la mayor cantidad de suciedad suelta. Por último prepara la zona donde vas a limpiar la alfombra, y ahora sí ¡manos a la obra!
Método 1: limpieza en seco
La limpieza en seco es recomendable para alfombras que no admiten la limpieza con agua, como las alfombras de yute, que no pueden mojarse mucho por el tipo de fibra o si necesitas que la alfombra pueda usarse en poco tiempo. El bicarbonato de sodio, es un producto que está en todas las cocina y que es tremendamente efectivo para neutralizar olores y absorber la suciedad grasa. Para limpiar una alfombra grande en casa, necesitas unos 200-300 gramos de bicarbonato de sodio.
Espolvorea el bicarbonato por toda la superficie de la alfombra. No te preocupes si crees que estás usando mucho; es mejor pecar de abundante que quedarse corto. Una vez que hayas cubierto toda la superficie, utiliza un cepillo de cerdas suaves para trabajar el bicarbonato entre las fibras. Deja actuar durante al menos 2 horas, aunque lo ideal son 4-6 horas, y si la alfombra está muy sucia o desprende un olor fuerte, puedes incluso dejarlo actuar toda la noche. Pasado este tiempo, aspira toda la superficie. Es probable que necesites pasar la aspiradora varias veces para eliminar completamente todo el bicarbonato.
Método 2: limpieza en húmedo
Este método es recomendable si la alfombra tiene manchas incrustadas, mucha suciedad acumulada, o cuando hace tiempo que no se ha limpiado a fondo. Pero debes tener en cuenta que la alfombra sea apta para ser mojada y prestar especial atención al proceso de secado.
Nuestra recomendación es mezclar dos litros de agua tibia, dos cucharadas de detergente neutro para ropa y una cucharada de vinagre blanco. Es importante que mezcles estos ingredientes en un recipiente grande y que los remuevas bien hasta que estén completamente integrados unos con otros. La temperatura del agua debe estar tibia, no caliente, ya que el agua muy caliente puede dañar las fibras y fijar algunas manchas en lugar de eliminarlas.
Para aplicar la solución, nunca la viertas directamente sobre la alfombra. Utiliza un atomizador o una esponja bien escurrida. El objetivo es humedecer las fibras sin empapar la base de la alfombra. Una vez que hayas humedecido una parte de la alfombra, cepilla con movimientos firmes, siempre en la dirección de las fibras. Esto te ayudará a eliminar la suciedad y que la mezcla realizada haga más efecto.
Ahora, es momento de sacar la suciedad con un trapo o paño de color blanco para que su color no transfiera y si el tejido es de algodón, mucho mejor. Presiona sobre la superficie, pero sin frotar, ya que esto puede dañar las fibras o extender las manchas. Cada poco tiempo cambia de toalla, así no se extiende la suciedad a otras zonas de la alfombra. Una vez que hayas trabajado toda la alfombra con la solución de limpieza, prepara un segundo recipiente solo con agua tibia y repite el proceso de aplicación y absorción. Esto ayuda a eliminar cualquier residuo de detergente que pueda haber quedado.
Método 3: limpieza con máquina
El proceso de limpieza con cualquier máquina limpiadora ya sea de vapor o de inyección-extracción requiere paciencia. Para conseguir un mejor resultado trabaja la alfombra en franjas paralelas y dale dos pasadas. Hazlo lentamente para permitir que la máquina limpie más y mejor. Mantén siempre la máquina en movimiento; nunca la dejes parada sobre un punto, ya que esto puede humedecer en exceso esa zona.
Proceso de secado
Un secado inadecuado no solo puede dejar olores desagradables, sino que también puede provocar la aparición de moho, hongos, o incluso dañar para siempre la alfombra. Para no fallar en este paso, lo primero que debes saber es que el tiempo de secado varía mucho dependiendo de la humedad del ambiente, la temperatura, la ventilación, el grosor de la alfombra y la cantidad de agua utilizada durante la limpieza. Por lo que, una alfombra grande, en condiciones normales puede tardar entre 6 y 24 horas en secarse completamente.
Lo mejor que puedes hacer en este punto es ventilar. Abre todas las ventanas posibles para crear corrientes de aire que aceleren el proceso de evaporación. Si tienes ventiladores puedes dirigir el aire hacia la alfombra. Los ventiladores de techo también son muy efectivos si los tienes. Durante las primeras horas después de la limpieza, no te recomendamos pisar la alfombra.
Para comprobar si la alfombra está completamente seca, no te fíes sólo de la sensación que te da al tacto. Usa tu mano y presiona con firmeza a lo largo de varios puntos, especialmente en las zonas con mayor grosor. Si notas humedad o frescor por pequeño que sea, la alfombra necesita más tiempo de secado.

Productos recomendados para limpiar una alfombra grande
Para limpiar una alfombra grande en casa, no necesitas gastarte una fortuna en productos especializados; de hecho, algunos de los limpiadores más efectivos son productos que probablemente ya tienes en casa.
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El bicarbonato de sodio o limpiador seco para alfombras: Es económico, completamente natural, seguro para niños y mascotas, y tremendamente versátil. Absorbe muy bien los olores, pero también afloja la suciedad.
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El vinagre blanco: Es un excelente desengrasante y neutralizador de olores, especialmente efectivo contra olores de mascotas. Además, ayuda a disolver depósitos minerales y residuos de jabón.
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Detergente neutro líquido: Busca uno que sea concentrado, sin blanqueadores y preferiblemente con enzimas, que son especialmente efectivas contra manchas orgánicas como alimentos, sangre o residuos de mascotas.
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Cepillo para alfombras: Busca uno con cerdas suaves para alfombras delicadas o sintéticas más duras si sabes con seguridad que tu alfombra va a resistir las pasadas.
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Toallas de microfibra: Absorben la humedad y no dejan pelusas. Invierte en varias de buena calidad; las necesitarás para diferentes etapas del proceso de limpieza.
Errores que no debes cometer
Lee con atención, estos errores no solo pueden suponer una limpieza errónea de tu alfombra grande sino que pueden dañar permanentemente la alfombra echándola a perder.
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Usar demasiada agua: El exceso de humedad puede penetrar hasta la base de la alfombra, donde es casi imposible de secar por completo. Esto crea el ambiente perfecto para el crecimiento de moho y hongos, genera olores persistentes, y puede causar que la alfombra se deforme o que el adhesivo de la base se deteriore.
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Frotar con demasiada fuerza: Al frotar con fuerza, lo que sucede es que la mancha se incrusta más profundamente entre las fibras y daña la estructura de la alfombra.
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Uso de productos inadecuados: Productos como la lejía causa decoloraciones permanentes o el uso de detergentes muy concentrados acaban dejando residuos jabonosos que atraen más suciedad.
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No dejar secar el tiempo suficiente: Pisar o colocar muebles sobre una alfombra húmeda puede crear marcas permanentes, transferir suciedad desde el calzado, y comprimir las fibras de manera que pierdan su forma original.
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No hacer una prueba de limpieza: Cada alfombra reacciona de manera diferente a los productos de limpieza, incluso aquellas que aparentemente son del mismo material. Siempre, prueba cualquier producto o método nuevo en una esquina que no se vea antes de aplicarlo a toda la alfombra.
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No leer las instrucciones del fabricante: Todas nuestras alfombras vienen con instrucciones de limpieza en la etiqueta. Léelas ya que de lo contrario puedes ignorar detalles específicos de esa alfombra que debes tener en cuenta a la hora de limpiarla.
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Limpiar con una frecuencia inadecuada: Limpiar cada poco tiempo acelera el desgaste de las fibras, mientras que esperar demasiado tiempo hace que la suciedad se acumule en exceso.
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Trabajar contra la dirección de las fibras: Esto no solo supone una limpieza menos efectiva, sino que además puede dañar la alfombra, creando zonas con un aspecto desigual.
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No aspirar previamente: Si utilizas el método de limpieza en húmedo, y no eliminas la suciedad seca, se acaba creando barro y manchas que son mucho más difíciles de eliminar.
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Falta de planificación: Empezar a limpiar una alfombra grande en casa sin tener tiempo suficiente, sin los materiales necesarios a mano, o en condiciones poco favorables para el secado puede convertir una tarea sencilla en un problema mayor.
Como has visto, limpiar una alfombra grande en casa no solo es perfectamente posible, sino que puede darte resultados excepcionales. Solo necesitas tener la paciencia suficiente, usar la técnica adecuada, y contar con los productos correctos. No te desanimes si los primeros intentos no dan resultados perfectos; la limpieza de una alfombra requiere habilidad y práctica que se gana con el tiempo.
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